Hay bodas en las que la palabra trabajo lo podemos cambiar por diversión, ya que desde que conocimos a Pablo y Mafi sabíamos que no nos íbamos a aburrir en su boda, pero ellos hicieron todo lo posible por superar las expectativas que teníamos.
Toda la boda fue una autentica montaña rusa donde pasábamos de reirnos a emocionarnos y volver a reirnos en cuestión de segundos y nos sentimos como unos invitados más.
La boda se llevó a cabo en la finca para bodas de la Posada Real del Pinar en Valladolid, excepto la ceremonia que se celebró en la iglesia de la localidad de Pozal de Gallinas.